Mtra. Alicia Rosales Álvarez
“ La gente más feliz es la que ha sido capaz de explorar cuál es su don y regalarlo a la sociedad.”
Francesc Torralba
La teoría de la lógica del don establece que estamos llamados a dar lo que somos y revelar al mundo y a los otros lo que llevamos dentro. Es difícil definir la idea de felicidad y cómo se alcanza, es un tanto complicado saber cómo mantener lo que pensamos haber alcanzado. La lógica del don posiblemente es la respuesta a este planteamiento que todas las personas nos hacemos, es a través de darnos, de obsequiar nuestros dones, talentos y carismas lo que nos permite amar y sentirnos felices.
La propuesta de la lógica del Don tiene sus primeras aportaciones con el filósofo francés Jean Luc Marion, en su libro “Siendo dado”, el cual se publicó en 1997. Se desarrolla a partir de la idea de que el ser humano es don y su fin es darse a sí mismo.
Benedicto XVI en la encíclica Caritas in Veritate introduce el tema de la Lógica del Don frente a la lógica del mercado. En el punto 79 afirma: “ Solo si pensamos que se nos ha llamado individualmente y como comunidad a formar parte de la familia de Dios como hijos suyos, seremos capaces de formar un pensamiento nuevo y sacar nuevas energías al servicio de un humanismo íntegro y verdadero ”
Benedicto XVI, Caritas in Veritate, 29 de Junio de 2009
En 2012 Frances Torralba, filósofo español, publica el libro “La lógica del don”, donde explica cómo a través de exteriorizar y compartir quiénes somos, enriquecemos la realidad y somos creadores de un mundo más justo e igualitario. El autor vincula su propuesta a la de la Doctrina Social de la Iglesia.
Principios de la Lógica del Don
El ser humano es don, nuestra existencia y esencia son un regalo que nos hacen ser y hacer.
La palabra don proviene del latín DONUM que significa regalo u ofrenda. Todos somos un regalo y estamos llamados a donarnos, la vida es una constante de dar y recibir. Una de las tareas permanentes en nuestras vidas es tener las manos y nuestro ser abiertos para ofrecernos y acoger los continuos regalos del Espíritu Santo, de la vida y de quienes nos rodean.
La vida, los dones y talentos no son fruto de nuestro trabajo o esfuerzo, son un regalo que recibimos sin haber hecho nada para merecerlos. Encontramos el sentido de nuestro existir y esencia cuando somos don, así como cuando regalamos nuestro ser, hacer y tener.
Autoconocimiento
La práctica del don es dar lo que somos a través del propio conocimiento, el cual nos permite identificar nuestros talentos, capacidades y posibilidades. Cuando somos capaces de reconocer lo que hay en nosotros podemos ofrecerlo estando atentos para salir al encuentro de los demás, para construir relaciones más sanas y aliviar de manera inmediata las necesidades del otro.
El Papa Francisco nos hace un llamado a no ser espectadores, sino actores de la vida. Tenemos la posibilidad de crear y trascender junto con el prójimo desde nuestra identidad.
Preguntarnos
¿Qué tengo y qué puedo dar? ¿Cuáles son mis dones, talentos y carismas? ¿A quién puedo acompañar desde mi ser?
La Logoterapia afirma que la vida nos pregunta permanentemente, nos cuestiona sobre nuestra actitud y postura frente a las situaciones del hoy y nos presenta la oportunidad para algo importante. Es el gran regalo que podemos abrir y disfrutar o correr el riesgo de postergar nuestra respuesta y no hacer la tarea que nos corresponde ante determinada situación.
Gratuidad
La Lógica del Don se refiere a la plenitud en tanto no esperamos recibir nada a cambio, no cuantificamos, ni medimos. El amor no calcula. Cuando damos lo que tenemos podríamos quedarnos con menos, cuando damos lo que somos, nos enriquecemos.
Nos donamos desde la decisión de amar, en libertad, con responsabilidad, basándonos en nuestros valores y hacia la trascendencia propia y de los demás.
Cuando damos:
- Experimentamos un bien interior
- La sociedad se humaniza
- Hay más riqueza en las familias y grupos sociales
- Las obras permanecen
Fuimos creados para vivir con una actitud y conducta impregnadas de amor que honran a Dios, a nosotros mismos y al prójimo. El otro es un regalo.
Las personas con quienes nos relacionamos también son un don. Ellos son una posibilidad de gratitud, de aprendizaje, de humildad, de paciencia y de crecimiento. Cuando crecemos, quien está junto a nosotros, también crece.
Fe y espiritualidad
El alma es el centro de nuestra vida espiritual, es quien da ánima y vida a nuestro ser. Ahí nacen y viven nuestra fe y espiritualidad. Es en nuestra alma donde se cultiva y fortalece la Lógica del Don, ese amor y entrega que nos mueven a ser co-creadores del reino de Dios.
San Pablo dice: “Fe es la certeza en lo que se espera, la convicción de lo que no se ve.”
Hebreos 11:1
García Pintos:
Por nuestra espiritualidad somos capaces de crecer y superarnos. Podemos compartir porque nos interesa el otro. Asumimos la posibilidad de vivir valores y nos ocupa que el mundo sea un mejor lugar.