Un hombre enamorado del amor

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Tania Rodríguez

Imagen de portada: www.liderempresarial.com

¿Qué es el amor?

Amor. Una palabra, muchos significados, gran trascendencia, un sentido y una misma vocación. Independientemente del idioma, raza o cultura, todos hablan cuando se trata de él, todos lo experimentan y cada día le renuevan con un “sí” distinto.

Definirlo, es tarea compleja, misma que ha llevado al ser humano a salir de sí para encontrar respuesta a esta interrogante que parece haber sido tallada con un cincel de eternidad.

Así, desde el principio de su existencia, hasta el final de sus días, es esa sencilla palabra compuesta de cuatro letras que determinará si vivió en total plenitud o únicamente sobrevivió.

“El hombre no puede vivir sin amor” dijo una vez un hombre que sabía de lo que hablaba, pues se dejó enamorar por un Amor que no tiene límites ni fronteras.

Un hombre que entendió en lo profundo de su corazón, que el amor y la felicidad no están peleadas con el dolor; por el contrario, son aliadas para ensanchar el alma.

Un hombre que vivió la muerte de sus más cercanos y el quedar huérfano a sus 21, el terror de una guerra que parecía nunca acabar, el vivir su vocación de manera clandestina y más adelante, un atentado que amenazaba con quitarle la vida.

Sí, querido lector, el santo del mes de octubre es un hombre con un corazón talla extra grande y que vivió enamorado del Amado hasta su último suspiro… San Juan Pablo II.

Apuesto que ya conoces demasiado sobre la vida de este Papa. En realidad, ¿quién no conoce sobre San Juan Pablo II? Sin duda alguna, fue todo un rockstar y lo sigue siendo hasta hoy.

Ahora que, si definitivamente no conoces nada sobre él, te lo presento en unas cuantas palabras.

¿Quién fue Karol Józef Wojtyła?

Karol Józef Wojtyła, mejor conocido como Lolek para los amigos, nació en Wadowice, Polonia, el 18 de mayo de 1920.

Fue el 3º hijo de Karol y Emilia, quienes actualmente se encuentran en proceso de beatificación (wink).

Su madre falleció cuando él tenía 10 años, su hermano cuando tenía 12 y, finalmente, su padre cuando tenía 21; momento en el que comienza la II Guerra Mundial, y ve a su amada Polonia ser ocupada por los Nazis en 1939. Así con tan solo 19 años, se ve obligado a comenzar a trabajar como obrero en una cantera (dentro de los campos de concentración) para ganarse la vida y evitar su deportación a Alemania.

Hasta el momento, puede parecer una novela trágica, marcada por pérdidas (de todo tipo) y una vida que pudiera no tener mucho futuro… por lo menos, a los ojos del mundo actual.

Claramente Karol pudo haberse hundido en la tristeza y desesperanza de su entonces presente; sin embargo, decidió mirar hacia arriba y encontrar un sentido en medio de tanta oscuridad.

Quiero hacer una pausa en el relato de la historia de nuestro amigo, para preguntarte lo siguiente: ¿Tú cómo vives tu vida? ¿De cara a quién o a qué? ¿Hay algo que te motive a salir adelante? Y si no lo hay, ¿dónde lo podrías encontrar? ¿De qué está lleno tu corazón? Con esto en mente, te seguiré contando un poco más sobre JPII.

Resulta que, a su corta edad de 22 años, –sí, digo corta porque es prácticamente la edad de la presente escritora, y se considera muy joven para ser sincera- . Alguien le sacude el corazón y le invita a invertir su vida en un proyecto empapado de Amor.

Así que toma la firme decisión de ingresar al seminario de manera clandestina en Cracovia. Aquí nos queda claro que, sin duda alguna, la vocación es una llamada tan fuerte que, si se escucha con atención y se responde con intención, puede llevar al hombre a decir que “sí” a los escenarios más dramáticos y riesgosos, como un enamorado que hace todo por estar al lado de quien ama.

A partir de entonces, comienza un nuevo capítulo en la vida de Karol, quien sería sacerdote 3 años después (1946). La Historia de Amor con el Amado, apenas comenzaba a dar sus primeras pinceladas y él estaba más que preparado para ello.

Unos años después, fue ordenado Obispo, después Arzobispo y finalmente Cardenal. Ah y claro, ¡Papa! El 16 de octubre de 1978 es elegido como el nuevo Sumo Pontífice y decide llamarse Juan Pablo II en honor a sus tres predecesores.

El Papa #263, mismo que tendría unos cuantos récords, siendo el pontificado más largo de la historia después de Pío IX y San Pedro y el más joven de la historia con tan solo 55 años, el viajero (recorriendo una distancia total de 3 veces la de la Tierra a la Luna), el siempre joven (creador de las JMJ en 1985), el hombre del año (en la revista Times 1994), el reconciliador (primero en visitar una sinagoga y mezquita, perdonó a su agresor y pidió perdón por los abusos y deslices de la Iglesia) y el defensor de la vida, el matrimonio, la persona y la familia.

Un hombre enamorado del amor

Sin embargo, su vida extraordinaria no comienza en el Pontificado, como hemos visto anteriormente.

Además de ser sacerdote, fue un hombre que vivió su vida en la plenitud. Amante de la filosofía, metafísica, lectura, teatro, actuación, escritura, deportes, idiomas, el mundo y su diversidad… filósofo, teólogo, político, Pontífice, pero sobre todas las cosas, HOMBRE. Un hombre con una misión muy clara: devolver al mundo al Amor primero, auténtico, inagotable, eterno… Dios mismo.

Tan seguro estuvo de haberle encontrado, que se prestó a que Dios le hablara al corazón y escribiera sobre el gran misterio descrito al principio de este texto: el amor humano.

Con cada parte de él, con un principio, a un ahora, a un final. De un pecado, una redención y una llamada a la comunión. De un hombre que dice que no al Amor, para encontrarse con la realidad de que sólo allí puede encontrar la plenitud que algún día tuvo frente a sí. De una mujer que olvidó quién era y dejó de creer en sí misma, en su belleza y su capacidad de cautivar, en su genio femenino. Y para Karol, San Juan Pablo II, ésta fue la gran respuesta que su corazón anhelaba y el mundo necesitaba. Lo ve con claridad y grita a la humanidad: ¡SOMOS HIJOS AMADOS DEL PADRE! ¡LLAMADOS A LA PLENITUD! Porque, completando la frase del inicio:

El hombre no puede vivir sin amor. Él permanece para sí mismo un ser incomprensible, su vida está privada de sentido si no se le revela el amor, si no se encuentra con el amor, si no lo experimenta y lo hace propio, si no participa en él vivamente” (S. Juan Pablo II, 1979, p. 11).

 Y así, nos dice al hombre de hoy, a ti que estás leyendo esto, a mí que lo estoy escribiendo: ¡despierta! ¡escucha a tu corazón que en cada latido revela algo de su Creador y su proyecto de Amor! San Juan Pablo II fue muchas cosas en su vida, tuvo la admiración y cariño de cientos, miles y millones, defendió la Verdad y la vida; pero, nada de eso le definió, nada que estuviera fuera del Amor. Amor con el que fuimos creados, Amor que sostiene nuestra existencia, Amor al que estamos llamados hoy y a la Eternidad.

Él fue un hombre como tú, como yo, en busca de respuestas que inquietaban su corazón, en busca de un sentido que le dijera desde lo más profundo que no valía la pena, valía la vida entera.

Un hombre en busca del amor, que en la soledad le encontró, en la obscuridad le salió al paso, y en el caos le dio la paz que tanto ansiaba. Un hombre que nos enseña que el ser humano es resiliente y puede hacer grandes cosas si primero, se deja amar. Pues, nadie da lo que no tiene y nadie ama si no se sabe amado.  Así fue su vida, un constante regresar al Amor para escuchar de nuevo quién era frente a Él, una danza con el Creador.

Desde aquel 18 de mayo hasta el 02 de abril de 2005, que descansa en los brazos de Aquel que siempre amó, para amarle aún más perfecta y completamente.

 Ahora, le celebramos cada 22 de octubre (día que comenzó su pontificado de manera oficial) como el gran hombre que fue, pero sobre todo, como el enamorado que vivió con un corazón encendido de AMOR por la belleza, el bien y la verdad. Un corazón que se dejó enseñar por Aquella que mejor supo amar y dejarse amar. Finalmente, te pregunto a ti lector, ¿qué te hizo vibrar de la vida de él? ¿A qué te está invitando Dios hoy, allí donde te encuentras? ¿Le dirías que sí? ¿Te dejarías amar por Él?

San Juan Pablo II, amigo de los jóvenes, ¡ruega por nosotros!

“El amor que es siempre más grande que todo lo creado, el amor que es Él mismo, porque «Dios es amor». Y sobre todo el amor es más grande que el pecado, que la debilidad, que la «vanidad de la creación», más fuerte que la muerte; es amor siempre dispuesto a aliviar y a perdonar, siempre dispuesto a ir al encuentro con el hijo pródigo” (S. Juan Pablo II, 1979, p. 10).

REFERENCIA

S. Juan Pablo II. (1979). Redemptor Hominis [PDF], 10-11.

http://www.vatican.va/content/john-paul-ii/es/encyclicals/documents/hf_jp-ii_enc_04031979_redemptor-hominis.html

Aci Prensa. (s.f). Biografía de San Juan Pablo II.

https://www.aciprensa.com/juanpabloii/biograf.htm

Libreria Editrice Vaticana. (2014). Perfil biográfico de San Juan Pablo II.

http://www.vatican.va/content/john-paul-ii/es/biografia/documents/hf_jp-ii_spe_20190722_biografia.html

Tania Rodríguez

Apasionada de Dios, el amor, la persona y de todo lo relacionado con lo anterior. Orgullosa familióloga en proceso, estudiante de la Licenciatura en Ciencias de la Familia en Sede México. Escritora ocasional y pensadora de tiempo completo. Creciendo, aprendiendo y amando en el camino.

Originalmente publicado en: https://www.pathmx.com/post/un-hombre-enamorado-del-amor

Maestría en
Ciencias de la Familia

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