Nuevos retos y caminos de esperanza en nuestra misión formativa

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Mtra. María de Jesús Lizárraga López

Directora Plantel Monterrey

Aunque las jornadas de clase  se han cumplido en las aulas en línea del Instituto en Monterrey,  lejos de los salones convencionales, de los pupitres y de las risas de sus compañeros, nuestros  programas educativos continúan siendo los mismos, en una apuesta académica que tiene como fin impedir que la expansión del COVID-19, que desde el 11 de marzo fue caracterizado como pandemia por la Organización Mundial de la Salud (OMS) dada la velocidad de su propagación, más no su letalidad, trunque el aprendizaje de nuestros alumnos.

El canal ‘online’ y sus recursos tecnológicos se convierten en la mejor vía para acceder desde casa a una formación, diversa y flexible, pero ha representado todo un reto para asegurar una plataforma educativa confiable, conectividad de alta velocidad, impulsar la comprensión de las herramientas digitales y asegurar que el estudiante este motivado para que finalice sus materias, que los docentes deben tener la capacidad de utilizar las metodologías y recursos didácticos, así como establecer contacto con los estudiantes y buscar su atención, ¡un gran reto!

La salud y el bienestar de nuestra comunidad educativa, dentro y fuera del plantel, son prioritarios y están en el centro de nuestra toma de decisiones, es por ello que queremos agradecer la generosidad de nuestros profesores que han demostrado un gran compromiso y pasión por brindar una enseñanza de calidad, un gran esfuerzo para adecuarse a estas necesidades y facilitar los aprendizajes de los estudiantes bajo esta nueva modalidad. El gran desafío representó  de suplir la vivencia dentro del aula, es decir, el intercambio entre docente y alumnos que favorece la transmisión de conocimientos. Aquí es donde las clases sincrónicas han otorgado la posibilidad de generar contacto en tiempo real cumplieron un rol fundamental para la rápida adaptación de todos nuestros alumnos del proceso enseñanza-aprendizaje. Por tanto, remarco la oportunidad que ofrece este tipo de coyuntura: “Una fortaleza de este momento es que nos empuja a utilizar la virtualidad, que se ha ido acoplando a todo lo que es la vida diaria”.

No cabe duda que en este momento histórico  que estamos viviendo como sociedad en el que muchas voces se acallan, otras piden auxilio, otras claman como una voz en el desierto y unas más quedan despojadas de su posibilidad de tener algo que decir, queremos que se escuchen las voces de nuestra comunidad educativa para la apertura de un horizonte de esperanza a la familia, que tiene un lenguaje propio muy especial, sino de gestos, actitudes, pero sobre todo posibilidades de presencia y de encuentro. Que es aquel lugar en donde todos podemos descubrirnos amados.

La misión formativa de nuestro querido instituto está siendo cuidada en la forma de trasmitir los conocimientos, aportando novedad y esperanza a la exploración de estudiar en línea para abrirnos al acompañamiento, consultoría y orientación familiar. Estamos avanzando  en un trimestre académico  más  en la vida del Instituto y de cada uno de nosotros,  sé que no ha sido fácil enfrentar esta emergencia de salud por el COVID-19 y se ha hecho todo un esfuerzo de estudios y experiencias  para seguir formando a nuestros alumnos como personas reflexivas, participativas, críticas y solidarias, pero sobre todo sumando a la capacidad de cada uno de ellos para valorar el  tiempo de convivencia familiar y de mejorar la realidad en la que viven, a ser felices con quienes los rodean, a reírse y jugar con sus seres queridos , a crear  un ambiente armónico, a expresar sus sentimientos, vivir la fe en Dios y trasmitirla, con lo cual confirmamos que “los vínculos familiares son el primer lugar de preparación para las formas sociales de solidaridad”.

Maestría en
Ciencias de la Familia

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