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En un mundo donde la indiferencia nos gobierna

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Cruzar las miradas es estar dispuestos a abrirnos al otro.

Por Olivia Núñez

Nuestra directora tocó nuestro corazón al confrontarnos con nuestra reacción ante la tragedia de la familia Le Barón. Aunque el auditorio había visto las imágenes de la camioneta calcinada y, en algún momento se conmovió, seguimos con nuestra vida, tan lejos, en nuestra cotidianeidad… 

Hizo referencia a la película de “El niño del pijama de rayas”, nos relató un poco la historia que ahí se cuenta. Nos menciona que, en ese tiempo, la excusa de esa sociedad alemana que fue tan fuertemente criticada por la historia por no haber actuado frente a la masacre que pasaba en los campos de concentración, era que NO sabían lo que ahí pasaba. 

Nosotros, hoy en día, no tenemos esa excusa. La información la tenemos al alcance de un clic. Más allá de hacernos sentir culpables o angustiados (rebasados por sentimientos como frustración, incertidumbre, egoísmo, individualismo, impotencia), Olivia nos llamó a tomar consciencia de lo que sí podemos hacer. 

Tener una actitud de encuentro. Salir de uno mismo y estar dispuestos al diálogo con el otro. Atrevernos a amar, a pesar de mostrarnos vulnerables. En el diálogo se encuentra riqueza, complementariedad, objetividad. 

La propuesta del hombre posmoderno es entender la libertad como autonomía, en lugar de que sea la decisión de optar por el otro. Olivia nos recomendó el documental que está en YouTube, llamado: “La teoría sueca del amor”, para poder seguir reflexionando sobre la libertad, la autonomía, el encuentro, el amor. 

Romper con la conciencia de trascendencia, en un primer momento, no afecta la estructura, pero al pasar el tiempo, logrará un colapso. El mundo posmoderno rompió con esto. 

Olivia nos animó a estar atentos ante el mundo en que vivimos, ser capaces de custodiarnos los unos a los otros. Debemos estar dispuestos a cambiar: a modificar la forma común de hacer algo. Se trata de superar nuestra visión de ciudadanos de piedra e involucrarnos. 

El cambio que requiere romper el círculo de la indiferencia es estar dispuestos a encontrarnos al otro y estar dispuestos a que el otro conozca nuestro drama. 

Olivia nos exhortó a que tiremos los muros que nosotros mismos ponemos en nuestro encuentro con los demás. 

El deterioro no se hace de un día para otro, se va haciendo poco a poco, como en la Segunda Guerra Mundial, que empezaron marcando, segregando, hasta aniquilando. ¿Qué tan lejos está nuestra sociedad de eso? ¿Cómo estamos marcando a los demás con nuestro prejuicio? ¿Cómo estamos apartándonos de los demás con nuestra indiferencia? 

Cuando uno tiene el valor de mirar a los ojos, tiene que reconocer que su dignidad es la misma que la nuestra. 

En su elocuente charla, Olivia nos animó a intercambiar la mirada con las personas con las que nos topamos, desde la actitud de asombro y la humildad. Nos retó a salir a entablar posibilidades de encuentro a través de mirar a los demás, quitándonos de prejuicios, los miedos a ser afectados por el otro, o a mostrarnos vulnerables frente a los demás. 

La libertad no es deshacernos de los demás, sino poder darnos a ellos. Estamos hechos para darnos a los demás, si nos negamos, cortamos nuestro propio sentido de vida. 

Salir al encuentro con los demás con un cambio de mirada es nuestra tarea a realizar a partir de hoy.

Maestría en
Ciencias de la Familia

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