Estoy construyendo mi familia ¿Qué necesito saber?

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Por: Mtra. Erika Zepeda

La educación familiar no es una tarea exclusiva para los psicólogos o psicopedagogos.  Cualquier persona que se encuentre formando una familia, o planeando hacerlo, debe tener conocimientos sobre el tema.  Para efectos de este artículo, definiremos educación familiar como el acto de instruir a la pareja (o familia) sobre temas que serán de relevancia y utilidad durante las diferentes etapas de desarrollo de su sistema familiar.

¿Qué hay que aprender, entonces?

1. ESTRUCTURA FAMILIAR.- aún cuando la composición de las familias puede ser variada, existen ciertas normas de composición que es importante considerar para tener un ambiente familiar armonioso. De acuerdo con Salvador Minuchin, es importante considerar lo siguiente:

a .¿Cómo están los límites entre los miembros de tu familia? Los límites (las acciones que se permiten y las que no) deben quedar muy claros para todos y cada uno de los miembros de la familia.   Los problemas vendrán cuando los límites sean o demasiado difusos o demasiado rígidos.  Una familia con límites muy difusos puede ser aquella que un día castigue un acto y al día siguiente lo premie, mientras que la familia con límites demasiado rígidos no da lugar a la autonomía, todo ya está escrito, y se penaliza cualquier cosa que no siga el guión familiar.

b. ¿Hay algún miembro triangulado?  La triangulación en la familia se entiende como el acto en el cual el padre y la madre se comunican entre sí a través de alguno de los hijos.  A éste hijo le es encomendada de manera tácita la responsabilidad de que los padres logren comunicarse ya que, hacerlo de manera directa, sería caótico.  Estos hijos pueden desarrollar una baja autoestima, conductas temerosas, o incluso adjudicarse la responsabilidad de los padres, complicando así el rol que le corresponde como hijo.  Si se identifica que algún miembro de la familia está triangulado, es importante retirarle la responsabilidad de que los padres mantengan una relación armónica y, en todo caso, fomentar que éstos desarrollen habilidades comunicativas que les permitan resolver sus diferencias sin que esto se logre a costa de alguno de los hijos.

c. ¿Quién tiene la jerarquía en casa? La jerarquía debe ser responsabilidad de los padres.  Ellos son los líderes del hogar, los que marcan el rumbo hacia el cual se dirige a la familia.  Si bien es cierto que puede haber consenso entre los miembros del grupo, es importante que siempre sean ellos quienes determinen la decisión final.  Cuando la jerarquía la tiene algún hijo, algún pariente, o incluso alguna entidad social externa, se corre el riesgo de desorientar a los miembros de la familia.  Un hijo tiene la jerarquía cuando es él/ella quien determina el qué, cuándo y cómo se hace una acción.  Es correcto mantener un sistema semi abierto en el que se pueda escuchar la voz de quien está ajeno a la familia, pero siempre pasando por el filtro de los padres, que definan los valores que son similares y contribuyen al desarrollo de del grupo familiar.

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2. CICLO VITAL DE LA FAMILIA. –  Se entiende por ciclo vital de la familia las diferentes fases de desarrollo por las que atraviesa una familia mientras sus miembros van creciendo y desenvolviéndose en la sociedad.  A continuación se mencionarán algunas de las etapas de dicho ciclo, y lo que debe tenerse en cuenta para un adecuado tránsito entre cada una de ellas:

a. Formación de la pareja:  durante esta etapa, la pareja se desprende de su círculo familiar primario para iniciar la formación de un nuevo sistema.  En esta etapa es importante el compromiso de ambos miembros de la pareja en la separación de sus sistemas familiares ya que, pueden ocurrir conflictos cuando el desapego no se lleva a cabo completamente de alguna de las partes. Durante esta etapa, la pareja debe tomar acuerdos sobre el estilo de comunicación que tendrán, sobre la dinámica, la rutina, e incluso sobre la formación de la familia.  Es importante que se den tiempo para hablar sobre si tendrán hijos, cuántos, el estilo de educación e incluso sobre las finanzas del hogar.

b. Matrimonio: se entiende como el contrato de voluntades entre ambos miembros de la pareja.  Es importante considerar la reacción que tiene cada familia sobre el anuncio del casamiento.  La familia política (suegros, cuñados) son una parte importante del éxito de la pareja, resulta imposible no considerarlos como parte del sistema exógeno que rodea a la pareja.  Una armoniosa relación entre la familia política y la pareja resulta ser un terreno fértil para la nueva pareja.  En el caso en que no exista una relación adecuada entre ellos, es recomendable establecer acuerdos con la pareja de modo tal que pueda convivir en el mismo espacio que la familia de origen del otro, sin que esto signifique problemas.  Resulta muy importante que durante las primeras etapas de matrimonio (o incluso antes) se hable acerca de las expectativas que cada uno tiene de sí mismo y de la pareja durante su vida en matrimonio.

c. Llegada de los primeros hijos: El reto durante esta etapa es aprender nuevos roles, negociar los modelos de paternidad aprendidos en la familia de origen y llegar a acuerdos de manera flexible.  Así mismo, a nivel pareja, resulta imperante el mantener el rol de ser padres, sin descuidar su rol de ser pareja. Es importante que los nuevos padres aprendan a administrar su tiempo para las diferentes funciones y roles que van adquiriendo durante el desarrollo de la familia.

d. Adolescencia: Cuando la familia ha alcanzado esta etapa, resulta prioritario trabajar en el desarrollo de habilidades de convivencia familiar y fraternal.  Probablemente sea necesario negociar algunas normas con el sistema escolar, horarios o incluso el modo de los padres de resolver problemas.  Los adolescentes con frecuencia tratarán de ganar autonomía, pero es importante no sucumbir a esta exigencia sin que el joven demuestre autonomía e independencia en encomiendas hechas por los padres.  Es posible que durante este estadío los padres tengan que dividirse entre vigilar al adolescente y cuidar a sus propios padres que, para este momento, probablemente estén en la etapa de vejez.  Lo que no puede dejarse de lado es que el adolescente debe tener responsabilidades y cumplir con ellas, pues de ello dependerá qué tanto se flexibilicen las normas establecidas en casa.

e. Vejez y jubilación: Cuando los padres alcanzan la etapa de vejez, con frecuencia viene acompañada de la jubilación de alguno o ambos.  Para este momento, probablemente los hijos ya se emanciparon en su totalidad (de no ser así, puede ser que se ocasione crisis al interior de la familia).  El reto de la pareja en esta etapa es retomar su relación de pareja, enfrentarse al cambio de rutinas que implica la jubilación, así como el cambio de horarios, actividades e incluso economía. Esta etapa puede venir acompañada del deterioro físico o psíquico de alguno de los miembros de la pareja.  Se espera que los hijos (ya adultos) sean quienes provean cuidados y apoyo a los padres.  En esta etapa viene la presencia de los nietos y, entre los acuerdos que se deben establecer en la pareja, se encuentra el de decidir si se apoyará a los hijos adultos con el cuidado de los nietos o no.

3. TIPOS DE FAMILIA. –  La configuración de las familias puede ser muy variada y probablemente puedan recibir diferentes denominaciones según el teórico de referencia.  A continuación se presentarán tres tipos de composiciones familiares que se encuentran con frecuencia en el contexto mexicano, y los retos de cada una de ellas.

a. Familia de Tres Generaciones: Las familias de tres generaciones están constituidas por un progenitor (soltero o divorciado), el niño(a) y un abuelo(a).  La función del abuelo(a) es la de mantener la continuidad de la familia, velar por el cuidado del nieto(a) y garantizar que las funciones de seguridad y resolución de necesidades básicas se lleve a cabo.  En el caso de este tipo de familias, es importante esclarecer los límites entre cada miembro de la familia, y determinar el grado de involucramiento que el abuelo (a) tendrá sobre el niño.  Entre más clara quede la función del abuelo, y el apoyo que brindará al padre/madre, menor será la carga emocional que pueda generar confusiones en la dinámica familiar.

b. Familia Acordeón: Son aquellas familias donde uno de los progenitores permanece alejado del hogar por lapsos prolongados.  La persona que permanece en casa, asume funciones que probablemente le corresponderían al miembro que está fuera, y logra establecer un sistema de funcionamiento con los miembros de la familia a su cargo.  El reto es lograr la estabilidad aún cuando la persona que ha estado fuera regrese a casa.  Quien regresa, debe apoyar las normas establecidas por el padre que se quedó en casa.

c. Familias Cambiantes:  Son grupos familiares que, por diversos motivos, cambian frecuentemente de domicilio.  Este tipo de familias constantemente vive la pérdida de los sistemas de apoyo como podrían ser los grupos de amigos de la escuela, los vecinos, los compañeros de actividades para escolares, etc.  La familia se vierte sobre sí misma y muestra dificultad para establecer apegos en los nuevos escenarios de residencia.  El reto de este tipo de familias es el de desarrollar el sentido de pertenencia aunque sea de manera temporal mientras la familia se ubique en la zona geográfica en donde reside.  Así mismo, es importante establecer vías de comunicación y favorecer canales de expresión emocional tanto para los pequeños como para los jóvenes a modo de permitirles externalizar sus temores, aspiraciones, anhelos y duelos.  Con este tipo de familias resulta importante trabajar la tolerancia a la frustración, el establecimiento de límites entre los miembros de la familia, y el afianzamiento de redes de apoyo aún cuando puedan ser temporales.

Como podemos observar, hay mucho por aprender con relación a las familias.  La educación familiar, por tanto, viene a ofrecer información que se puede traducir en acciones concretas para mejorar el desarrollo y crecimiento de todo grupo familiar.

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